Foto: Museo Nacional de Escultura

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Inventario CE0016
Clasificación Genérica Escultura
Objeto/Documento Escultura de bulto redondo
Autor/a Maestro del Retablo de Santa Eugenia de Astudillo
Título Padre Eterno bendiciendo
Materia/Soporte Madera
Técnica Tallado
Policromado
Dimensiones Altura = 92 cm; Anchura = 36 cm; Profundidad = 22 cm; Peso = 12 Kg
Descripción Con el título de Padre Eterno se ha denominado una iconografía de Dios Padre, tema relativamente habitual en la escultura castellana del final de la Edad Media, si tenemos en cuenta los ejemplos conservados. A través de esta imagen se materializa una idea de Dios solemne y un tanto severa, como creador y gobernante del mundo, entronizado y con corona de emperador, que en el caso de esta pieza ha perdido los imperiales. Con la mano derecha bendice mientras que en la izquierda sujetaría el globo terráqueo, símbolo de su poder sobre todo lo creado, que tampoco se ha conservado.
A comienzos de los años sesenta se hizo constar que se trataba de una obra burgalesa, no sabemos si por motivos estilísticos o por la certeza de su procedencia. Por otro lado, una noticia oral, que tampoco se puede confirmar, situaba su origen en la localidad de Aguilar de Campoo (Palencia). En cualquier caso, teniendo en cuenta la incidencia de la escultura burgalesa en el ámbito palentino, ambos datos no implican gran diferencia; de hecho, existen motivos estilísticos suficientes para relacionar esta obra con el retablo de la iglesia de Santa Eugenia de Astudillo (Palencia), en el que diversos autores han comentado la relación con el entorno burgalés de Gil de Siloe. Apenas conserva restos de su policromía original. Las carnaciones y la decoración del manto responden a un repolicromado del siglo XVII.
Iconografia Padre Eterno
Datación Escultura:1500[ca]
Policromía:1601=1700
Contexto Cultural/Estilo Gótico español. Castilla
Clasificación Razonada Con el título de Padre Eterno se ha denominado una iconografía de Dios Padre, de la que se han conservado ejemplos que permiten suponer fuese un tema relativamente habitual en la escultura castellana del final de la Edad Media, o al menos en determinadas zonas. Podría pensarse que representar a Dios en solitario fue una opción preferida a otras como la que incorpora a Cristo muerto en su regazo, frecuentemente en el mundo germánico, probablemente porque en Castilla se tenía mayor interés por lo estrictamente devocional que por escenas simbólicas más complejas.
A través de esta imagen se materializa una idea de Dios solemne y un tanto severa, como creador y gobernante del mundo, entronizado y con corona de emperador, que en el caso de esta pieza ha perdido los imperiales. Con la mano derecha bendice mientras que en la izquierda sujetaría el globo terráqueo, símbolo de su poder sobre todo lo creado, que tampoco se ha conservado. Por este significado, también se ha utilizado el término "Dios cosmocrátor" para definir una obra muy semejante que se conserva en el Museo Marés de Barcelona. Desde el punto de vista compositivo, ambas piezas coinciden hasta en detalles como el broche que sujeta el manto o la disposición de la parte inferior del mismo.
A comienzo de los años sesenta se hizo constar que se trataba de una obra burgalesa, no sabemos si por motivos estilísticos o por la certeza de su procedencia. Por otro lado, una noticia oral, que tampoco se puede confirmar, situaba su origen en la localidad de Aguilar de Campoo (Palencia). En cualquier caso, teniendo en cuenta la incidencia de la escultura burgalesa en el ámbito palentino, ambos datos no implican gran diferencia; de hecho, creo que existen motivos estilísticos suficientes para relacionar esta obra con el retablo de la iglesia de Santa Eugenia de Astudillo (Palencia), en el que diversos autores han comentado la relación con el entorno burgalés de Gil de Siloe. Coincido con Yarza en observar dos manos distintas en dicho retablo, en mi opinión coetáneas. Concretamente, en los Evangelistas del bancal es donde se aprecia un similar tratamiento en cabellos y barbas, ordenados simétricamente a base de ondulados mechones que sin embargo adolecen de cierta rigidez. Lo mismo cabe decir del tratamiento del plegado, con profundas y largas quebraduras que determinan superficies muy planas. La conclusión del retablo de Astudillo (1503) permite datar este Padre Eterno en una fecha próxima.
Apenas conserva restos de su policromía original. Las carnaciones y la decoración del manto, con motivos vegetales en tonos azulados sobre fondos rajados, responden a un repolicromado del siglo XVII, circunstancia que determina que su expresión sea algo diferente a las piezas con las que se ha comparado.
Bibliografía HERNÁNDEZ REDONDO, José Ignacio. Padre Eterno. En: URREA FERNÁNDEZ, Jesús(dir). Museo Nacional de Escultura I: El encanto medieval. Valladolid (m): 2003. pp. 30-31.
Catalogación Hernández Redondo, José Ignacio
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